Estudio internacional dirigido por científicos del CONICET identificó un componente genético propio del centro de Argentina

Tabla de contenido

Una investigación bioantropológica liderada por Rodrigo Nores, investigador del CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR, CONICET - UNC), con la participación de numerosos colegas de todo el país y en colaboración con la Universidad de Harvard (Estados Unidos), revela la existencia de un linaje genético propio del centro de Argentina, hasta el momento desconocido. Estos resultados, publicados recientemente en la prestigiosa revista Nature, constituyen un gran aporte al campo de la paleogenómica y a la historia evolutiva de las poblaciones humanas.

Mapa del muestreo de la permanencia de un lnaje genético propio del centro de Argentina. Foto: gentileza IDACOR

A partir del análisis de ADN de individuos en contextos arqueológicos del centro y norte de Argentina, el equipo de científicos determinó la existencia de un linaje genético con una antigüedad de 8.500 años. Un aspecto significativo del hallazgo radica en que esta ancestría persiste hasta la actualidad en el sur de Sudamérica: los datos genómicos de habitantes actuales del centro de Argentina confirman una continuidad genética de esta ascendencia durante más de ocho milenios.

Este linaje genético se mestizó con otras ancestrías preexistentes en regiones circundantes. Sin embargo, la investigación da cuenta de que no existieron reemplazos poblacionales. Es decir, la población del centro y norte del país no fue desapareciendo ni fue desplazada, sino que a través de los años evolucionó de manera local y adquirió nuevas mutaciones y características propias.

Muestras y métodos de análisis
#

El trabajo liderado por Nores comenzó en 2017 en el marco de una iniciativa de la National Geographic Society “Ancient DNA: The Americas Project”, a partir de una muestra conformada por 29 dientes recuperados en sitios arqueológicos de la provincia de Córdoba, Argentina.

Tubos con muestras genéticas. Foto: gentileza IDACOR

Desde entonces y hasta el año 2024, el estudio se amplió gracias al trabajo colaborativo con distintos equipos de investigación de CONICET y de universidades nacionales. En conjunto, participaron más de 30 arqueólogos de más de 20 centros de investigación nacionales, quienes aportaron las muestras necesarias para la investigación, provenientes de décadas de labor científica.

De esa manera, se recolectaron en total 344 muestras de 310 individuos provenientes de 133 sitios arqueológicos ubicados en el noroeste, noreste, este y centro del país. Posteriormente, los datos genéticos fueron analizados conjuntamente entre Josefina Motti, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Ecología Evolutiva Humana (FACSO, UNCPBA), Nicolás Pastor, profesional de apoyo del IDACOR, Rodrigo Nores y los investigadores de la Universidad de Harvard, Javier Maravall-López y David Reich. Los especialistas aplicaron métodos estadísticos para analizar cientos de miles de marcadores genómicos obtenidos de cada muestra, que permitieron reconstruir la historia poblacional de la región.

Trabajo en el laboratorio. Foto: gentileza IDACOR

Los análisis de este tipo brindan una gran cantidad de información y requieren del acceso a tecnología de avanzada, tanto para la generación como para la interpretación de los datos. Al respecto, Nores explicó que “es necesario procesar ese gran caudal de datos en términos estadísticos y luego leerlos a partir de la evidencia bioantropológica y arqueológica para obtener información de interés sobre la historia de las poblaciones humanas. Por ejemplo, si encontramos que dos grupos de individuos de diferentes regiones comparten más variantes genéticas de lo esperado por azar, es probable que compartan los mismos ancestros en algún momento del pasado”.

Identificación de un nuevo linaje ancestral
#

El estudio brinda resultados de gran relevancia para la bioantropología y la paleogenómica: la existencia de un nuevo linaje desconocido hasta el momento, que identifica una ancestría propia del centro de Argentina.

Otra imagen del trabajo en el laboratorio. Foto: gentileza UNiencia

Entre los aspectos analizados se encontró una diferenciación genética entre las poblaciones del Cono Sur y otras regiones sudamericanas, que comenzó al menos hace 10 mil años. Esta diferenciación inicial ya se observa en un individuo proveniente de la región pampeana de la provincia de Buenos Aires, comparado con individuos de la región andina de Perú y del centro este de Brasil de la misma antigüedad.

Posteriormente, un individuo con 8.500 años de antigüedad que habitó lo que hoy es la provincia de Córdoba, reveló un linaje genético previamente desconocido, del cual descienden los individuos muestreados en esa región, que datan de entre 4.600 y 150 años atrás.

Asimismo, este hallazgo les posibilitó a los investigadores inferir que la ascendencia identificada en el centro de Argentina participó en tres eventos migratorios interregionales: uno hacia el noroeste argentino, mezclándose con el componente andino, otro hacia la región pampeana (donde parece haberse convertido en la ascendencia principal desde hace 800 años) y el último hacia el Gran Chaco, donde se mezcló con el componente Amazónico.

Por lo tanto, la investigación demuestra que este componente genético central ha persistido por más de ocho milenios y aún se encuentra presente en la población actual de la región, junto con las ascendencias del oeste de Eurasia y de África subsahariana que llegaron luego de la conquista.

Finalmente, los resultados también sugieren que Sudamérica tiene una historia poblacional particular, caracterizada por la permanencia prolongada de grupos humanos en los mismos territorios durante milenios; mientras que, en otras partes del mundo, los desplazamientos poblacionales seguidos de mestizaje con las poblaciones preexistentes parecen haber sido más comunes.

Reconstruir una historia no escrita
#

La trayectoria científica de Nores se orienta al conocimiento de las poblaciones arqueológicas humanas de Argentina y su historia evolutiva. Tras años de trabajo en esta línea de investigación, el especialista reconoce que Argentina y particularmente la región centro (en un sentido amplio) se encuentra subrepresentada en el campo de los estudios paleogenómicos, que analizan la historia evolutiva de poblaciones humanas a partir de genomas antiguos.

Nicolás Pastor y Rodrigo Nores. Foto: gentileza IDACOR

“Con este estudio queríamos reconstruir una historia que no está escrita, que es la historia previa a la conquista hispana, empleando un enfoque metodológico que se complementa con la información obtenida a partir de la investigación arqueológica", dijo Nores. “En una instancia previa de la investigación, ya habíamos visto que a nivel del ADN mitocondrial había características distintivas en la región centro, pero no habíamos podido analizar el genoma completo. El hallazgo de un linaje genético sudamericano previamente desconocido demuestra que nuestra comprensión del poblamiento de América sigue siendo limitada en comparación con otras regiones”, añadió.

En conjunto, la información obtenida en los estudios paleogenómicos permite entender cuestiones cruciales relativas al poblamiento de Sudamérica, las migraciones, la ocupación de territorios, así como también sobre los desplazamientos y procesos de mestizaje.

Citas
#

El estudio Eight millennia of continuity of a previously unknown lineage in Argentina (Ocho milenios de continuidad de un linaje previamente desconocido en Argentina) fue publicado en Nature. Autores: Javier Maravall-López, Josefina M. B. Motti, Nicolás Pastor, María Pía Tavella, Mariana Fabra, Pilar Babot, Mariano Bonomo, Silvia E. Cornero, Guillermo N. Lamenza, Diego Catriel Leon, Paula C. Miranda de Zela, Gustavo G. Politis, Sofía C. Angeletti, G. Roxana Cattáneo, Mariana Dantas, Hilton Drube, Lucia G. Gonzalez Baroni, Salomón Hocsman, Andrés D. Izeta, Reinaldo A. Moralejo, Verónica Aldazabal, Diego M. Basso, Cristina Bayón, María Guillermina Couso, Ulises D’Andrea, Paula Del Río, Germán G. Figueroa, Romina Frontini, Mariela Edith Gonzalez, Andrés G. Laguens, Jorge G. Martínez, Pablo G. Messineo, Beatriz Nores, Daniel E. Olivera, Gisela M. Sario, Analía Sbattella, Clara Scabuzzo, Aldana M. Tavarone, Rodrigo Vecchi, Kim Callan, Ella Caughran, Oscar Estrada, Trudi Frost, Lora Iliev, Aisling Kearns, Jack Kellogg, Kim-Louise Krettek, Ann Marie Lawson, Matthew Mah, Nihal Manjila, Adam Micco, Iris Patterson, Lijun Qiu, Xavier Roca-Rada, Gregory Soos, Peter A. Webb, J. Noah Workman, Nadin Rohland, Nick Patterson, Iosif Lazaridis, Lars Fehren-Schmitz, Cosimo Posth, Bastien Llamas, Swapan Mallick, Darío A. Demarchi, Graciela S. Cabana, David Reich & Rodrigo Nores

Agradecimientos
#

Reconocemos la labor de los antiguos individuos cuyos datos analizamos. Agradecemos al personal del Consejo de Comunidades de Pueblos Indígenas de la Provincia de Córdoba por su respaldo y apoyo a esta investigación; a los miembros de las comunidades locales por su desinteresada colaboración durante el trabajo de campo; a los curadores del museo y a las numerosas personas que participaron directa o indirectamente en este trabajo por sus esfuerzos; a N. Adamski, E. Curtis, K. Stewardson y F. Zalzala por su trabajo de laboratorio con ADN antiguo; a T. Wang, B. Sousa da Mota, J. Choin y K. Sirak por sus comentarios sobre una versión anterior de este manuscrito; y a Leonard, S. Ravishankar, G. Purnomo y R. Davidson por sus conversaciones y orientación técnica. M.D. y G.G.F. contaron con el apoyo de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba (SECyT-UNC), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, PIP 2017-2019) y el Proyecto de Investigación de UE CONICET (2017-2 024). G.M.S. contó con el apoyo de SECyT-UNC. P.C.M.d.Z. y D.E.O. Agradecer al Proyecto Arqueológico Antofagasta de la Sierra (ANS) y a todos sus integrantes (PIP 11220200103166CO). DCL contó con el apoyo del Proyecto de investigación trianual (ANPCyT, PICT 2018-2947). RAM. contó con el apoyo del Proyecto I+D UNLP (11/N928), Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT, PICT 2020, 1787). M.F. Este trabajo contó con el apoyo de PICT 2020, 2701 y PIP 11220200102318CO. P.B., S.H. y L.G.G.B. agradecen el apoyo de CONICET (PIP 1423), ANPCyT (PICT 3049), la Universidad Nacional de Tucumán (PIUNT G/707) y la Beca H. y T. King para Arqueología de las Américas Antiguas, administrada por la Sociedad de Arqueología Americana (beca 202003). M.B., G.G.P. y C.S. recibieron financiamiento de CONICET (PIP 0126), ANPCyT (PICT 0252) y UNLP (N1007). L.G.G.B. agradece las becas de investigación doctoral y posdoctoral de CONICET. P.G.M., G.G.P. y M.E.G. contaron con el apoyo de National Geographic Society (beca NGS-50543R-18), CONICET (PIP11220210100004CO y PUE no. 0079). GNL contó con el apoyo de Dinámica cultural prehispánica en el Gran Chaco yambientes asociados (11/N983) y CONICET; y reconoce a la comunidad El Quebracho, E. Boló Bolaño, A. Pusineri, R. Zalazar y a los miembros de la Fundación La Piedad del Museo Etnográfico Andrés Barbero (Asunción, Paraguay). RN contó con el apoyo de la Sociedad Geográfica Nacional, CONICET (PIP 2021-11220200103037CO, PUE 2016 IDACOR y BecExt 2017), ANPCyT (PICT 2020, 3937) y SECyT-UNC. La generación y el análisis de datos de ADN antiguo para este estudio contaron con el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud (R01-HG012287), la Fundación John Templeton (subvención 61220), una donación de J.-F. Clin, el programa Allen Discovery Center, un programa asesorado por el Grupo de Fronteras Paul G. Allen de la Fundación de la Familia Paul G. Allen y el Instituto Médico Howard Hughes (para D.R.). Los cálculos se realizaron en la plataforma informática de investigación O2 de la Facultad de Medicina de Harvard.

El artículo Un estudio internacional dirigido por científicos del CONICET identificó un componente genético propio del centro de Argentina fue publicado en el sitio web del CONICET, con la firma de Belén Nocioni y Natalia Asselle – Área comunicación IDACOR (CONICET-UNC)