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Las 'megaconstelaciones' de satélites de internet podrían poner en peligro la recuperación del agujero de ozono

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PlaPampa
Geophysical Research Letters Ozono Polución Espacio Satélites Contaminación Internet Mageconstelaciones De Satélites SpaceX Starlink Spaceweather.com
Tabla de contenido

Cuando los satélites que proveen Internet —que ahora se lanzan por miles— llegan al final de su vida útil, los subproductos de su muerte ardiente en la atmósfera terrestre catalizarán reacciones químicas que destruirán el ozono estratosférico.

Mapa actual de los satélites Starlink que orbitan la Tierra. Crédito de la imagen: Heavens Above
Mapa actual de los satélites Starlink que orbitan la Tierra. Crédito de la imagen: Heavens Above

La sentencia que encabeza el artículo que intenté traducir y compartir con ustedes, me la perdí un año atrás. Generalmente estoy bastante actualizado con los artículos que publica la Asociación Geofísica de Estados Unidos (AGU). El párrafo previo pertenece a un artículo publicado el 12 de junio de 2024 en AGU Advancing Earth and Space Sciences. Hoy leí sobre el tema en el sitio SpaceWeather bajo el título THE GREAT STARLINK RE-ENTRY EVENT: SpaceX just conducted a giant uncontrolled experiment in atmospheric chemistry. EL GRAN EVENTO DE REINGRESO DE STARLINK: SpaceX acaba de realizar un gigantesco experimento sin control en la química atmosférica.

“A comienzos de este año -señala SpaceWeather-, los analistas notaron algo extraño: los satélites Starlink estaban cayendo del cielo, muchísimos. De cuatro a cinco al día reingresaban a la atmósfera terrestre y se vaporizaban a plena vista. Esto continuó durante meses. Entre diciembre de 2024 y julio de 2025, más de 525 Starlinks salieron de órbita.

"¿Qué está pasando? En resumen: una limpieza rutinaria. Se trataba principalmente de satélites de primera generación (Gen1), retirados deliberadamente para dar cabida a modelos más nuevos. SpaceX está lanzando actualmente hasta 50 nuevos Starlinks por semana, manteniendo una flota de 8000 satélites. Eliminar los antiguos es lo habitual”.

El número de Starlinks desorbitados cada mes desde 2020. Crédito de la imagen: José P. Ferreira et al.
El número de Starlinks desorbitados cada mes desde 2020. Crédito de la imagen: José P. Ferreira et al.

“Lo inusual es la contaminación atmosférica. La reentrada en llamas de un solo satélite Starlink Gen1 produce unos 30 kilogramos de vapor de óxido de aluminio, un compuesto que erosiona la capa de ozono. Un nuevo estudio revela que estos óxidos se multiplicaron por ocho entre 2016 y 2022, y que el Gran Evento de Reentrada incrementa aún más esta contaminación”.

“Para poner esto en perspectiva: antes de que comenzaran los primeros lanzamientos de Starlink en 2019, solo reingresaban -a la atmósfera terrestre- entre 40 y 50 satélites al año. SpaceX acaba de ‘descargar’ el equivalente a diez años en tan solo seis meses, añadiendo aproximadamente 15.000 kilogramos de óxido de aluminio a la atmósfera superior” de la Tierra.

“Incluso antes del aumento actual, los científicos ya daban la voz de alarma. En febrero de 2023, la NASA voló un avión WB-57 sobre Alaska a 18.000 metros de altura para recolectar aerosoles estratosféricos. Un estudio publicado ese mismo año reveló que el 10 % de las partículas muestreadas contenían aluminio y otros metales procedentes de la combustión de satélites”, añadió SpaceWeather.

“Con múltiples empresas compitiendo por desplegar megaconstelaciones, las proyecciones sugieren que más de 60.000 satélites podrían estar en órbita para 2040 -advirtió SpaceWeather-. Esto significa que los desechos de reentrada pronto podrían rivalizar con la afluencia natural de meteoroides, pero con una composición química muy diferente. Los meteoritos están compuestos principalmente de roca. Los satélites están compuestos principalmente de metal.

“Una simulación realizada por científicos de la NOAA sugiere que el polvo espacial rico en aluminio podría calentar la estratosfera y la mesosfera hasta 1,5 °C y desacelerar el vórtice polar sur, alterando potencialmente los patrones climáticos globales”.

"¿Qué pasará luego? -se preguntan en SpaceWeather.com-. Estamos a punto de descubrirlo”, advierten.


Satellite “megaconstellations” may jeopardize recovery of ozone hole
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El artículo de AGU traducido al español

Han sido lanzados miles de satélites en “megaconstelaciones” para satisfacer la demanda global de internet, y se lanzarán miles más próximamente. Sin embargo, estos pequeños satélites tienen una vida útil corta y, al agotarse, al reingresar, liberarán contaminantes que destruyen la capa de ozono de la Tierra. Un nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters cuantifica esta contaminación por primera vez. Crédito: SpaceX/dominio público.
Han sido lanzados miles de satélites en “megaconstelaciones” para satisfacer la demanda global de internet, y se lanzarán miles más próximamente. Sin embargo, estos pequeños satélites tienen una vida útil corta y, al agotarse, al reingresar, liberarán contaminantes que destruyen la capa de ozono de la Tierra. Un nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters cuantifica esta contaminación por primera vez. Crédito: SpaceX/dominio público.

En números
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  • Se producen 30 kilogramos (66 libras) de óxidos de aluminio por la desaparición en el reingreso a la atmósfera terrestre de un pequeño satélite de 250 kilogramos (550 libras)

  • En 2022, la salida de órbita de satélites liberó a la atmósfera 17 toneladas métricas de nanopartículas de óxido de aluminio.

  • Serán liberadas 360 toneladas métricas de óxido de aluminio cada año cuando las constelaciones de satélites planificadas estén completamente desplegadas, lo que supone un aumento del 646 % con respecto a los niveles atmosféricos naturales.

WASHINGTON — Cuando los satélites antiguos caen a la atmósfera terrestre y se queman, dejan tras de sí diminutas partículas de óxido de aluminio que erosionan la capa de ozono protectora de la Tierra. Un nuevo estudio revela que estos óxidos se han multiplicado por ocho entre 2016 y 2022 y seguirán acumulándose a medida que se dispara el número de satélites en la órbita baja terrestre.

El Protocolo de Montreal de 1987 reguló con éxito los CFC, perjudiciales para la capa de ozono, para protegerla, reduciendo el agujero de ozono sobre la Antártida, con una recuperación prevista para los próximos cincuenta años. Sin embargo, el aumento imprevisto de los óxidos de aluminio podría frenar el éxito de la recuperación del ozono en las próximas décadas.

De los [8100 objetos](De los 8100 objetos en la órbita terrestre baja, 6000 son satélites Starlink lanzados en los últimos años. La demanda de cobertura global de internet está impulsando un rápido aumento de los lanzamientos de pequeños enjambres de satélites de comunicaciones. SpaceX es el líder en esta empresa, con permiso para lanzar otros 12 000 satélites Starlink y hasta 42000 planeados. Amazon y otras empresas de todo el mundo también están planeando constelaciones que van desde los 3000 hasta los 13 000 satélites, dijeron los autores del estudio.)

Los satélites que prestan servicios de internet en la órbita baja terrestre tienen una vida útil corta, de unos cinco años. Las empresas deben entonces lanzar satélites de reemplazo para mantener el servicio de internet, continuando así un ciclo de obsolescencia programada y contaminación no planificada.

Los óxidos de aluminio desencadenan reacciones químicas que destruyen el ozono estratosférico, que protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta (UV). Estos óxidos no reaccionan químicamente con las moléculas de ozono, sino que desencadenan reacciones destructivas entre el ozono y el cloro que agotan la capa de ozono. Dado que los óxidos de aluminio no son consumidos por estas reacciones químicas, pueden continuar destruyendo moléculas de ozono durante décadas a medida que descienden por la [estratosfera]( https://es.wikipedia.org/wiki/Estratosfera).

¿Quién presta atención?
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Sin embargo, hasta ahora se ha prestado poca atención a los contaminantes que se forman cuando los satélites ingresan a la atmósfera superior y se queman. Estudios anteriores sobre la contaminación satelital se centraron principalmente en las consecuencias de propulsar un vehículo de lanzamiento al espacio, como la liberación de combustible para cohetes. El nuevo estudio, realizado por un equipo de investigación de la Escuela de Ingeniería Viterbi de la Universidad del Sur de California, constituye la primera estimación realista del alcance de esta contaminación de larga duración en la atmósfera superior, según los autores.

“Solo en los últimos años se ha empezado a pensar que esto podría convertirse en un problema”, afirmó Joseph Wang, investigador en astronáutica de la Universidad del Sur de California y autor correspondiente del nuevo estudio. “Fuimos uno de los primeros equipos en analizar las posibles implicaciones de estos hechos”, dijo.

El estudio fue publicado en la revista Geophysical Research Letters de la AGU, una revista de acceso abierto que publica informes de alto impacto, en formato breve, con implicaciones inmediatas que abarcan todas las ciencias de la Tierra y el espacio.


El mecanismo de accionamiento de un panel solar satelital sufre un final explosivo en una simulación de combustión en un túnel de viento durante la reentrada atmosférica. Crédito: Agencia Espacial Europea/Centro Aeroespacial Alemán

Amenaza durmiente
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Dado que es prácticamente imposible recopilar datos de una nave espacial en combustión, estudios previos utilizaron análisis de micrometeoroides para estimar la posible contaminación. Sin embargo, los micrometeoroides contienen muy poco aluminio, el metal que constituye entre el 15 % y el 40 % de la masa de la mayoría de los satélites, por lo que estas estimaciones no se aplicaron adecuadamente a los nuevos enjambres de satélites.

Para obtener una imagen más precisa de la contaminación causada por el reingreso de los satélites, los investigadores modelaron la composición química y los enlaces dentro de los materiales de los satélites a medida que interactúan a nivel molecular y atómico. Los resultados permitieron a los investigadores comprender cómo cambia el material con diferentes aportes de energía.

En 2022, los investigadores descubrieron que los satélites que reingresaban aumentaron el aluminio en la atmósfera en un 29,5 % con respecto a los niveles naturales. El modelo mostró que un satélite típico de 250 kilogramos (550 libras), con un 30 % de su masa de aluminio, generará aproximadamente 30 kilogramos (66 libras) de nanopartículas de óxido de aluminio (de 1 a 100 nanómetros) durante su descenso de reingreso. La mayoría de estas partículas se crean en la mesosfera, a una altitud de 50 a 85 kilómetros (30 a 50 millas) sobre la superficie terrestre.

El equipo calculó entonces que, basándose en el tamaño de las partículas, los óxidos de aluminio tardarían hasta 30 años en descender a altitudes estratosféricas, donde se encuentra el 90% del ozono de la Tierra.

Los investigadores estimaron que, para cuando se completen las constelaciones de satélites actualmente planificadas, caerán a la Tierra anualmente 912 toneladas métricas de aluminio (1005 toneladas estadounidenses). Esto liberará a la atmósfera alrededor de 360 toneladas métricas (397 toneladas estadounidenses) de óxidos de aluminio al año, lo que representa un aumento del 646 % con respecto a los niveles naturales.

Cita
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  • El paper “Potential Ozone Depletion from Satellite Demise during Atmospheric Reentry in the Era of Satellite Mega-Constellations” (“Potencial agotamiento del ozono debido a la desaparición de satélites durante la reentrada atmosférica en la era de las megaconstelaciones de satélites”) fue publicado en la revista de acceso abierto Geophysical Research Letters de la Asociación Geofísica de Estados Unidos (AGU, por American Geophysical Union). Autores: José P. Ferreira (autor principal), Ziyu Huang y Joseph Wang (autor correspondiente), Departamento de Ingeniería Astronáutica, Universidad del Sur de California, Los Ángeles, CA, EE. UU. & Ken-ichi Nomura, Departamento de Ingeniería Química y Ciencias de los Materiales, Universidad del Sur de California, Los Ángeles, CA, EE. UU.

  • El artículo Satellite “megaconstellations” may jeopardize recovery of ozone hole, presumo que escrito o editado por Liza Lester (Many thanks Liza!! - ¡Muchas gracias, Liza!). ¡Muchas gracias AGU! Por último, pero no menos importante, además del agradecimiento enorme a los investigadores, al Dr. Tony Phillips, o alguno de sus colaboradores en Spaceweather.com, que este 5 de agosto de 2025 revelaron lo que ocurrió, y ocurrirá, si no hay modificación. E hicieron que viera el artículo en AGU… de 2024, que me había perdido.


Contacto PlaPampa (mailto: rijcardgonzalez@gmail.com)
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