Vivir cerca de un océano contaminado por microplásticos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiometabólicas
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Aunque el artículo se refiere a la situación de la convivencia con microplásticos en zonas costeras de Estados Unidos de Norteamérica -podemos presumir que pese a que se trata de un país altamente desarrollado, también hay cuestiones como la ‘condena’ de los microplásticos por doquier, a la que ni siquiera escapan los estados más desarrollados. Aún cuando ’exporten’ a otros países los desechos que no pueden, o no quieren reciclar o aceptar como propios de su estilo de vida, de consumo.
Bien, vayamos al artículo generado por la Asociación Cardiológica de los Estados Unidos.
Puntos destacados de la investigación #
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Un estudio sobre microplásticos en aguas costeras de Estados Unidos reveló que los residentes de condados adyacentes a las aguas más contaminadas con microplásticos presentaban tasas significativamente más altas de diabetes tipo 2, enfermedad de las arterias coronarias (obstrucción de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón) y ataque o derrame cerebral, en comparación con condados similares ubicados cerca de aguas con bajos niveles de contaminación por microplásticos.
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Los microplásticos son pequeñas partículas plásticas provenientes de desechos plásticos, como envases, telas sintéticas y productos de cuidado personal, que se descomponen y se acumulan en el agua potable, los mariscos y el aire.
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Se necesita más investigación para comprender cómo las personas en comunidades costeras están expuestas a los microplásticos y para determinar cuánta exposición es perjudicial para la salud.
Vivir en un condado costero de EE. UU. bordeado por aguas oceánicas con concentraciones muy altas de microplásticos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y metabólicas, como diabetes tipo 2, enfermedades de la arterias coronarias y accidentes cerebrovasculares. Este riesgo es mayor en comparación con los residentes de condados costeros con bajos niveles de contaminación por microplásticos en aguas cercanas, según una nueva investigación publicada en la revista de la American Heart Association, una publicación de acceso abierto y revisada por pares de la AHA.
“Este es uno de los primeros estudios a gran escala que sugiere que vivir cerca de aguas altamente contaminadas con microplásticos podría estar relacionado con enfermedades crónicas. La contaminación por plásticos no es solo un problema ambiental, sino también un problema de salud pública”, afirmó el Dr. Sarju Ganatra, autor principal del estudio, director médico de sostenibilidad, vicepresidente de investigación del departamento de medicina del Hospital y Centro Médico Lahey en Burlington, Massachusetts, y presidente de Sustain Health Solutions.
En el estudio citado, los investigadores examinaron si la concentración de partículas plásticas en el agua del océano cerca de las comunidades costeras estaba asociada con una mayor incidencia de diabetes tipo 2, enfermedades de las arterias coronarias y accidentes cerebrovasculares entre los residentes de esos condados. Los investigadores examinaron las concentraciones de contaminación marina por microplásticos (probablemente una combinación de microplásticos y nanoplásticos) dentro de las 200 millas náuticas de los condados, dividiendo los niveles de contaminación en cuatro categorías según los niveles medios de microplásticos marinos (MML, por las siglas en inglés):
¿Qué hallaron? #
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baja contaminación (0–0,005 piezas/m³): descrita como casi nada visible —quizás una minúscula partícula de plástico en 200 bañeras con agua de mar—;
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contaminación media (0,005–1 piezas/m³): hasta 1 pequeña partícula de plástico por cada 200 bañeras de agua de mar;
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contaminación elevada (1–10 piezas/m³): es probable que exista un pequeño puñado de pequeños trozos de plástico flotando en cada bañera con agua de mar;
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contaminación muy alta (más de 10 piezas/m³) cada muestra de agua de mar (aproximadamente del tamaño de una cuchara) podría contener 10 o más partículas de plástico.
El análisis determinó que, en comparación con los residentes de los condados costeros de EE. UU. con niveles bajos de contaminación por microplásticos en las aguas cercanas, aquellos que vivían en condados con niveles muy altos de contaminación por microplásticos tenían:
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Una prevalencia 18% mayor de diabetes tipo 2, que se sabe que duplica el riesgo de enfermedades cardíacas;
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7% más de riesgo de enfermedades en las arterias coronarias, una acumulación de placas en las arterias del corazón que puede provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral;
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9% más de accidentes cerebrovasculares. Un accidente cerebrovascular ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se bloquea o se rompe. Los accidentes cerebrovasculares son la quinta causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad.
Además, el análisis encontró que los condados de EE. UU. a lo largo del Golfo de México (también conocido como el Golfo de América) y las costas del Atlántico tenían una mayor prevalencia de diabetes tipo 2, enfermedades en las arterias coronarias y accidentes cerebrovasculares, en comparación quienes residían en áreas de la costa del Pacífico.
“Si bien este estudio midió la contaminación del agua oceánica, la contaminación no se limita al mar. Los microplásticos están en todas partes: en el agua potable, en los alimentos que consumimos, especialmente los mariscos, e incluso en el aire que respiramos. Por lo tanto, si bien examinamos datos de microplásticos recolectados del agua oceánica y el estado de salud de las personas que viven en comunidades cercanas, la contaminación por microplásticos nos afecta a todos, independientemente de dónde vivamos”, afirmó Ganatra.
Paradoja #
“Este estudio se suma a la creciente evidencia de que la basura que desechamos en el medio ambiente suele regresar a nosotros. Es hora de pasar de la concienciación a la acción —dijo—. Instamos a los responsables políticos a considerar la contaminación por plásticos como una crisis ambiental, además de una posible crisis sanitaria”.
Presidente del comité de redacción de la Declaración científica de la Asociación Americana del Corazón de 2024: Exposiciones ambientales y cardiología pediátrica, Justin Zachariah, M.D., M.P.H., FAHA, dijo que “los autores llevaron a cabo un análisis muy cuidadoso a nivel de cada condado que sugiere que se necesitan más datos de estudios a nivel individual para comprender cómo nos afecta el plástico y las intervenciones para reducir esos efectos, o límites en los micro y nanoplásticos en el medio ambiente. En ausencia de dichos datos o políticas, la transparencia y las etiquetas sobre el contenido de plástico podrían empoderar a los consumidores para tomar decisiones que sean adecuadas para ellos. Debemos recordar que estos plásticos pueden persistir indefinidamente en nuestros cuerpos, posiblemente sometiendo a personas de cualquier edad a riesgos acumulativos a lo largo de su vida”. Zachariah, que no estuvo involucrado en el estudio, es profesor asociado de cardiología pediátrica en el Baylor College of Medicine y director médico del núcleo de investigación clínica cardiovascular en el Texas Children’s Hospital, ambos en Houston.
Limitaciones #
El estudio presentó varias limitantes. En primer lugar, la asociación con los microplásticos comparó datos a nivel de condado en lugar de datos individuales. Este tipo de estudio no puede demostrar una relación causal entre los niveles de microplásticos en el océano cercano (medidos sólo en el agua, no en peces ni plantas) y el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas.
“Tampoco medimos los niveles de plástico en los residentes de estos condados, y aún desconocemos las formas exactas en que estas partículas pueden dañar el cuerpo. Por lo tanto, si bien los hallazgos son convincentes, deberían ser un llamado a una investigación más profunda, no a sacar conclusiones definitivas”, expresó Ganatra.
Para quienes tomen la posta #
Ganatra y sus colegas afirmaron que sus hallazgos apuntan a varias áreas clave para futuras investigaciones:
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¿Cómo penetran los microplásticos en el cuerpo humano?
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¿A qué niveles se vuelven dañinos los microplásticos?
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¿Dónde se acumulan estas partículas en el cuerpo?
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¿Cómo afectan los microplásticos a la salud a largo plazo?
Detalles del estudio, antecedentes y diseño #
- Utilizando información de los National Centers for Environmental Information de Estados Unidos, se obtuvieron y midieron las concentraciones de microplásticos marinos entre 2015 y 2020 en aguas oceánicas dentro de las 200 millas náuticas (la Zona Económica Exclusiva marina) de 152 condados costeros de EE. UU. a lo largo del Océano Pacífico, el Océano Atlántico y el Golfo de México (también conocido como el Golfo de América).
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La edad promedio de los residentes del condado era de 43 años, y aproximadamente la mitad eran mujeres. El 75 % eran adultos blancos, el 13 % adultos negros, el 1 % adultos indígenas americanos y nativos de Alaska, el 4 % adultos asiático-americanos, el 0,1 % adultos nativos de Hawái y otras islas del Pacífico, y el 7 % restante no se autoidentificó con su raza o etnia.
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Las tasas de prevalencia de diabetes tipo 2, enfermedad de las arterias coronarias y accidentes cerebrovasculares de los condados se obtuvieron del Análisis a nivel de población de 2022 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que se basa en el Behavioral Risk Factor Surveillance System 2019-2020 y la American Community Survey 2015-2019.
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Los investigadores compararon la prevalencia de enfermedades entre condados con concentraciones bajas y muy altas de microplásticos, tanto con como sin ajustar por diversos factores de riesgo a nivel de condado, como edad, sexo, raza, etnia, acceso a médicos e indicadores de condiciones socioeconómicas y ambientales que enfrentan las personas en comunidades costeras.
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El artículo Living near an ocean polluted by microplastics may increase cardiometabolic disease risk fue publicado en el sitio web de la American Heart Association